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Porque cada neumático de camión o bus que se recaucha evita generar entre 25 y 80 kilos de residuos sólidos.
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Porque para producir un neumático nuevo se requieren, en promedio, 83 litros de petróleo y para recaucharlo sólo se necesitan 26 litros de petróleo.
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Porque cada neumático recauchado genera un 30% menos de CO2, en comparación con lo que genera la producción de un neumático nuevo.
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Porque el potencial de recauchaje de la industria del transporte en Chile permitiría evitar cada año la generación de 24.000 toneladas de residuos sólidos, ahorrar 180.00 barriles de petróleo y dejar de emitir 28.000 toneladas de CO2.
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Porque un neumático recauchado mediante un proceso certificado es tan seguro como un neumático nuevo.
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Porque el kilometraje potencial de un neumático recauchado es equivalente al de un neumático nuevo.
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Porque una flota profesional que recaucha es confiable, ya que cuida sus neumáticos con altos estándares de operación y mantención de equipos, conducción responsable y retiro de neumáticos para recauchar antes de que estos alcancen una condición limite.
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Porque muchos neumáticos de camión y bus están diseñados y fabricados para ser recauchados y recorrer cientos de miles de kilómetros más allá del límite que impone el desgaste de su banda de rodamiento.
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Porque no tiene sentido eliminar como residuo la parte más valiosa y tecnológicamente más compleja de un neumático (su carcasa), cuando el mundo desarrollado avanza hacia una economía circular.
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Porque muchos fabricantes de neumáticos producen sus propias bandas pre-curadas y garantizan sus neumáticos después de ser recauchados bajo estándares certificados.
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Porque el principio “el que contamina paga”, que inspira a la nueva Ley 20.920 (REP), significará menores costos para los transportistas que, al recauchar, disminuyen la generación de neumáticos fuera de uso (NFU) en su flota.
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Porque el recauchaje es una industria que contribuye al desarrollo económico local y genera empleos calificados, además de ahorrar divisas.
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Porque los transportistas y las flotas disponen de un proveedor local, que puede dar garantías y responder por su trabajo.
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Porque la tasa de recauchaje en Chile es la mitad de la europea y sólo un cuarto del nivel de Estados Unidos.
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Porque aumentar la tasa de recauchabilidad será un aporte significativo para cumplir el compromiso, suscrito por Chile en el Acuerdo de París, de reducir las emisiones de CO2 en un 30% al 2030.